Por Sin Reservas
Los principios morales y no vivir con ese cargo de conciencia, motivaron a José Rafael Ariza, a retirarle su apoyo profesional a los asesinos de la joven Emely Peguero Polanco.
Tras conversar con los responsables del crimen, y estos no obtemperar a sus sugerencias, prefiere pasar hambre, no comer, ni darle de comer a su familia con dinero de un crimen tan atroz.
Ariza, señaló que «ante lo surgido», tantas evidencias de su participación en el crimén, que no conocía, cuando le fue contratado, le sugirió a Marlyn y a Marlon Martínez, «madre» e hijo, declararse culpables e indicar donde habían tirado el cadáver de la victima, a lo que la «señora» se negó rotundamente, recalcándole que el cadáver nunca aparecería. Por lo que ante una crueldad tan extraordinaria, se reunió con Marlyn y le comunicó su desición de retirarles la defensa.
“Mi recomendación en ese momento fue que admitiera los hechos para que consiguiera una pena menor, incluso le dije que hablaría con la Fiscalía, para que si cooperaba y decía dónde estaba el cuerpo se pudiera llegar a un acuerdo, pero como ella estaba empecinada en que el cadáver de Emely, no aparecería, no aceptó mi recomendación”, relató Ariza.
Casos recurrentes
Ariza, indicó que como el caso de Emely, existen muchos en el país, de menores en relaciones con adultos que en muchas ocasiones les doblan la edad y los padres lo permiten y algunos reciben prebendas para permitir esa ilegalidad.
«El menor no tiene derecho a decidir si tiene una relación con un adulto o si consume alcohol, ya que todo eso es penado por la ley», advirtió.